lunes, 8 de abril de 2013

Educar en Familia

La charla sobre el ‘Síndrome del Emperador’ organizada en Maspalomas por la Concejalía de Educación despierta el interés de profesores y progenitores
 
Medio centenar de padres preocupados por la educación de sus hijos participaron este miércoles en la charla-debate sobre el ‘Síndrome del Emperador’ y su prevención, ofrecida en Maspalomas por el psicólogo Óscar Lorenzo Lorenzo.

La charla del terapeuta familiar se inscribe en el programa orientativo ‘Educar en Familia’ que la Concejalía de Educación dirigida por la edil Carmen Pérez Pérez puso en marcha a mediados del pasado mes de marzo, coorganizada por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias y la Federación Galdós de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos.

El Síndrome del Emperador suele concretarse en varones de entre 9 y 17 años, hijos únicos y de clase media-alta, aunque también puede aparecer antes de esa edad y ser el hijo menor, que abusan de sus padres, más habitualmente de la madre, sin causas sociales aparentes que lo expliquen, incluso sin que los padres actuaran con ellos de forma negligente o excesivamente permisiva.

“Con este síndrome los hijos se muestran controladores, manipuladores y crueles, aunque sus padres los hayan tratado con amor y prestado la atención básica para que crecieran como personas no violentas”, afirma Óscar Lorenzo.

El comportamiento de estos chavales se caracteriza por su agresividad verbal e incluso física, la violación de las normas y límites familiares, y unas conductas desafiantes y provocadoras de ira en los padres.

“Por regla general suelen presentar un alto nivel de egocentrismo junto con una baja tolerancia a la frustración, la ausencia de empatía y baja autoestima. En casos graves se observa crueldad y violencia hacia los progenitores y también altos niveles de manipulación”, informó Lorenzo Lorenzo.

Claves de detección

Para detectar y reconocer este síndrome en los hijos, señaló el psicólogo, hay diversas claves que se observan en la segunda infancia, entre los 6 y los 11 años, como la incapacidad para desarrollar emociones morales como el amor, la empatía o la compasión auténticas. “Eso se traduce en mucha dificultad para mostrar sentimientos de culpa y de arrepentimiento sincero”, dijo.

Otra clave es la incapacidad de estos niños para aprender de los errores y de los castigos. Guiados por un gran egocentrismo, los “emperadores” buscan su propio beneficio y, para desesperación de los padres, las regañinas no surten efecto.
Por otro lado presentan conductas habituales de desafío, mentiras y actos crueles hacia animales, hermanos y amistades. Desde pequeños insultan a los padres y aprenden a controlarlos con sus exigencias hasta convertirse en una pesadilla para ellos. Cuando crecen, los casos más graves pueden llegar a la violencia y agresión física que los padres suelen ocultar por vergüenza y sentimiento de culpabilidad.

Los hijos con Sindrome del Emperador desborda a los padres, que no saben qué hacer con sus hijos, y en silencio consideran a sus “pequeños tiranos” como una pesadilla y como malas personas, dijo el terapeuta familiar.

Öscar Lorenzo advierte que “el fenómeno de hijos violentos va en alza y comienza a ser un fenómeno cada vez más visible hasta el punto de que el promedio de casos se ha multiplicado por ocho en la última década, según el profesor de la Universidad de Valencia Vicente Garrido”.

“La violencia de estos casos en ocasiones presenta rasgos parecidos a los de la violencia machista y los menores tratan a sus madres de modo similar al que lo hacen los hombres que someten a maltrato físico y psíquico a sus esposas”, afirma.

Posibles soluciones

La charla del psicólogo se centró en dos modelos explicativos: el educacional que defiende Javier Urra y el basado en componentes genéticos defendido por el Vicente Garrido. No obstante, Lorenzo Lorenzo sostiene que en la práctica “nos encontramos con ambos casos y en todos ellos se pueden dar soluciones y hacer mejoras en el comportamiento y autocontrol de los menores”.

En ese sentido, Lorenzo apuntó como posible solución “desarrollar la conciencia y la culpa de estos niños y niñas, porque la tolerancia sin conciencia no es nada”. También recomendó a los padres estar atentos a los síntomas precoces, “establecer límites muy claros y no dejar nunca de ejercer la autoridad”, dado que desde la primera infancia se pueden modelar los actos positivos como el altruismo y la generosidad que sirven para compensar y darles la oportunidad de sentirse bien por hacer algo positivo. También conviene cultivar en ellos “un ego positivo, de modo que puedan sentirse superiores, no por ejercer la violencia, sino por su actitud positiva y constructiva”.

Además apuntó como soluciones favorecer los procesos de opinar y reflexionar, valorar, mandar e imponer, para fijar conceptos sobre la existencia de autoridad, de límites, de valores de juicio y de desarrollo del sentido de la realidad.

En la charla el psicólogo mostró a los padres estrategias para mostrarse seguros y claros a la hora de transmitir las normas, y para gestionar y evitar las rabietas y los chantajes emocionales de sus hijos. Y también cómo desarrollar de manera intencionada y sistemática en ellos la conciencia y las emociones morales de culpa, pena y satisfacción con el bien, dándoles oportunidades para que practiquen actos altruistas y extraigan lecciones morales.

Durante la charla, de carácter eminentemente preventivo, también se visionó un fragmento de un video y se realizó una dinámica para que las madres y padres asistentes pudieran determinar si sus hijos o hijas presentan síntomas y evaluar el nivel de problema que ya puedan estar soportando.

La próxima conferencia sobre el desarrollo de la autonomía e independencia de los hijos la impartirá la psicólogoa Jessica García Rodríguez el miércoles 17 de abril, a las 18.00 horas, en el CEIP El Tablero

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